The Filth and The Fury: la humana contradicción de los Sex Pistols

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La historia del punk y de los Sex Pistols es una historia de profunda contradicción. Surgidos como respuesta a un sistema opresor y alienante, las furiosas melodías y el estruendo de la distorsión se mostraron en un inicio como una música auténtica, una alternativa a lo viejo, a todo lo que en ese momento transitaba hacia la muerte por el camino de la decadencia. Sin embargo, al detectar su potencial para arrastrar a las masas (es decir, su comercialidad), el sistema contra el cual se levantó terminó por absorberlo. Con saldos trágicos, a veces, pero siempre dignos de contar.

De esto va The Filth and The Fury, (Julien Temple, 2000). Al relatarnos la desastrosa fábula de los Sex Pistols, nos habla también de lo que hace al punk, en última instancia, tan humano. Es un relato cronológico, contado en su totalidad por sus protagonistas: John Lydon, Steve Jones, Glenn Matlock, Paul Cook y, en material de archivo, el desaparecido Sid Vicious, que parte desde la niñez proletaria y sin esperanza alguna hasta la implosión del grupo durante la gira estadounidense de 1978, con el resultado trágico de las muertes de Vicious y su novia, Nancy Spungen.

Haciendo uso de un estilo que desarrollaría mucho más en trabajos posteriores, Julien Temple echa mano de diferentes medios (clips descontextualizados de películas y televisión de la época, dibujos animados, etc) para contar un panorama del fugaz pero indeleble paso de la banda y el terrible contexto que fraguó su meteórico ascenso y caída: crisis económica, caída del empleo, conservadurismo en el poder, suciedad, desesperanza… el caldo de cultivo perfecto para que una pandilla de desadaptados decidiera vomitar su rabia llena de bilis y distorsión.

 

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The Filth and The Fury: la humana contradicción de los Sex Pistols

Por – Emilio Quintero

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Como no podía ser de otra forma, tratándose del punk y de los Sex Pistols, The Filth and The Fury es un documental honesto, cuya narrativa no esconde nunca la verdadera naturaleza del corto periplo vital de la banda fundacional del punk: es un cuento surgido de la incomodidad con el estado de las cosas, que transcurrió en una profunda incomodidad (a pesar y a causa del éxito) y terminó de forma incómoda, por decir lo menos.

El recurso de entrevistar a los miembros vivos de la banda con los rostros oscurecidos es interesante porque ubica al discurso en un nivel de irreverencia coherente con la historia a la que se refiere. Esto no trae de nuevo al tema de la incomodidad: el no poder identificarlos claramente cuando hablan despierta esa sensación en el espectador, afianzando aún más esa idea que, junto con la contradicción, son el elemento primordial de la temática de The Filth and The Fury.

 

 

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Aunque a algunos aún pueda generar rechazo, los Sex Pistols son valiosos y necesarios dentro de la cultura y la música popular del siglo XX. Por la forma como aprovecharon el contexto en el que aparecieron, por la manera como ayudaron a revitalizar formas musicales que parecían ya en curso de desaparecer, por lo que enseñaron y nos siguen ensañando acerca de las paradojas del éxito, de la honestidad artística, la comercialidad y de los peligros de la vida en el borde tan típica del rock and roll.

«Solo los falsos sobreviven», espeta John Lydon hacia el final del documental, a propósito de la tragedia de Sid y Nancy. Esta frase lapidaria contiene toda la amarga y visceral sabiduría que impregnó siempre el mensaje de los Pistols y del punk más fundamentalista y explica de forma sucinta la moraleja de esta historia: tanto la banda como Vicious prefirieron arder de una vez que quemarse lentamente, como lo ordena el mandamiento maldito del rock and roll, cumplido por muchos otros antes y después de la explosión del punk.

 

 

The Filth and The Fury (Reino Unido, 2000)

Director: Julien Temple

 

 

 

Puedes ver el documental por  imdb.com

 

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